Gregory Porter, la voz que revivió el JAZZ

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Escrito por María Jesús Valeros. Fotos: Pedro Valeros. 25 de julio de 2018, miércoles.

Gregory Porter es una persona completa. Podéis ponerle el nombre carisma, personalidad o puro talento, pero cualquieras de esas descripciones no alcanzaría la magnitud que representa el artista.

Lo del cantante estadounidense es un don, un privilegio, único y especial que sencillamente, se nace con él o no. Y Porter dejó bastante claro en el concierto de La Mar de Músicas que, pase el tiempo, se crean discos y nos visite numerosas veces, ese ‘algo’ lo tiene y que se ve todo su potencial sobre el escenario atrapándonos con la sensación de vivir un momento privilegiado.

Acompañado con la banda formada por Chip Crawfor al piano, JahmalNichol, con el bajo, Emanuel Harrold a la batería, TivonPennicott a cargo del saxo y OndrejPivec con el hammond, el estadounidense mostró al público su repertororio de los temas de su último trabajo. Como también algunas canciones que rendían homenaje a su ídolo de la infancia, o la elegante ‘Quizás, quizás, quizás’, combinando una presentación de canciones que siguen indicando que él es uno de los grandes artistas más notables y accesibles en las últimas décadas.

Así; acentuando la relevancia de las huellas como elemento fundamental para encontrar el destino de cualquier camino que se aprecie de serlo, Porter nos regaló una serie de interpretaciones como un verdadero maestro del Jazz.

Una auténtica delicia que, además suponía continuar con la estupenda jornada que nos esta dejando esta edición. El mejor de todos ellos, tuvo como protagonista a Alba Molina en el Patio del Antiguo CIM. Un concierto que no era únicamente música, sino que se convirtió en un homenaje a la familia, a las raíces originarias, como la sangre compartida.

Un legado musical donde la artista flamenca se enfrento con repesto y admiración del público consiguiendo sentir los mismos genes entre todos. La garganta potenciada por la emoción, el éxtasis e intransferible, una mirada perdida al horizonte que buscaba unos rostros al otro lado del escenario.