Dos mil personas participaron en las actividades que 'Pescados con Arte'

Unas 2.000 personas se han beneficiado directamente con el proyecto Pescados con Arte y otras 9.000 lo han hecho de forma indirecta. Estos son algunos de los datos que se han conocido este miércoles, 14 de marzo, sobre los resultados de esta campaña que ha dado voz y visibilidad a la pesca artesanal sostenible, además de conservar la biodiversidad marina del municipio de Cartagena.


Para dar a conocer los resultados de este proyecto han comparecido ante los medios de comunicación la concejala del área de Calidad de Vida y Bienestar del ayuntamiento de Cartagena, Obdulia Gómez, la representante de la Asociación Columbares, Carmen Molina; y el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Cartagena, Bartolemé Navarro.

El proyecto Pescados con Arte se llevó cabo en el 2017, para dar a conocer algunas de las especies de peces del litoral cartagenero y las artes de pesca más respetuosas con nuestro entorno. Un iniciativa de la Asociación Columbares y de la concejalía del área de Calidad de Vida y Bienestar: Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca, en colaboración con la Cofradía de Pescadores de Cartagena, entre otras entidades colaboradoras.

La concejala Obdulia Goméz ha expresado su satisfacción con este proyecto que ha dado a conocer especies poco conocidas, capturadas con pesca artesanal “especies no muy conocidas en el mercado o que están infravaloradas se han podido revalorizar y los consumidores han podido conocer que hacer con ellos”.

Gómez también ha destacado “otro de los objetivos del proyecto que ha sido dar a conocer las reservas marinas de interés pesquero”. Se han difundido los valores ecológicos y el papel social y ambiental que juegan en la regeneración de los recursos pesqueros las reservas de Cabo de Palos-Islas Hormigas y Cabo Tiñoso.

A través de talleres gastronómicos, programas de radio o acciones teatralizadas, se han revalorizado pescados como: la llampúa, la brótola, el rubio, el chanquete, la morena, el sargo real, la melva, el magre, la bacoreta o el espetón. Todos ellos de bajo valor económico y que están desapareciendo de las cocinas de los cartageneros por desconocer recetas para cocinarlos.