Derroche de tradiciones, sabor y convivencia en El Cañar

La romería volvió a caracterizarse por su masiva participación de vecinos de muy diferentes lugares del municipio y un gran ambiente en torno a la música y a los bailes de las cuadrillas, además de la mejor gastronomía de la tierra. GALERÍA DE FOTOS (pinchar aquí)


El acceso es agradable a pie y en absoluto cómodo en vehículo, pero tanto caminantes como conductores confluyen en gran cantidad cada año en la rambla de El Cañar, donde la Federación de Asociaciones de Vecinos de Cartagena y Comarca organiza una de las romerías más populares del municipio con la colaboración de las juntas vecinales y asociaciones de vecinos de Isla Plana, Tallante, Rincón de Sumiedo y el Cañar,además de apoyo de empresas como Hidrogea.

Esta vez, en una mañana fría que se iba caldeando conforme cogía protagonismo en el cielo el sol, han sido cientos de personas las que han acudido a compartir, especialmente, buena compañía en un ambiente rural aderezado por los alimentos y bebidas que ofrecían la organización y Movimiento Ciudadano, además de los que se traían de casa o los que eran elaborados en el lugar, como las migas elaboradas por la asociación cultural Modernistas de Levante, cuyos integrantes han lucido los típicos vestuarios de hace un siglo, en esta ocasión relacionados con la presencia en la campiña.



Morcillas, empanadas gigantes, salmón ahumado elaborado en casa, pan del (muy) bueno, habas, aceitunas de variados tamaños y procedencias, embutidos con su sabroso pringue, magra con tomate, una tortilla tan gigante como esponjosa… y mucha bebida, con el vino como principal protagonista sobre el agua, la cerveza y otras gaseosas. Con este variado menú, ¿quién podía pasar hambre?



El otro foco es la tradición, en este caso de las cuadrillas, que se han lucido en el escenario ubicado junto al epicentro del destino de la romería y cuyas voces y sonidos se han enriquecido con bailes. Después también se ha celebrado una misa campera ante la imagen de la Virgen de la Luz, protagonista de esta jornada desde que a las nueve horas, tras una chocolatada, salió de Tallante con sus romeros con dirección hacia el Rincón de Sumiedo y de ahí a la rambla. Por la tarde, regreso con canto de la Salve en la plaza de la Iglesia de Tallante, donde también esperaba una merienda.

Fue un domingo, nuevamente, especial con cientos de vecinos juntos para hablar (¡los móviles no tenían cobertura!) que no se perdío tampoco 'Rosita', la mula de Juan Polisol que ya lleva tres años de romera.