Las ‘Cruces’ desbordan el sábado en el casco antiguo
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- Escrito por Carlos Illán Ruiz - Marian.G - 21DEhoy agenCYA. 6 de mayo de 2018, domingo
Más gente que nunca. Muy bueno para unos y malo para otros. El centro de la ciudad supera cada año la cifra de gente en la florida fiesta, en la que los bares han tomado casi todas las calles y que ha provocado que el Ayuntamiento trate de conjugar el ‘fiestón’ con el descanso vecinal con medidas ‘salomónicas’. Ya hay voces que piden separar las celebraciones de las cofradías de la ‘macrodiscoteca’. Al margen de este debate, la noche sirvió para disfrutar de la cruz de caracoles montada por el Grupo Folklórico de La Palma (foto adjunta) y ver el estupendo trabajo de las que montaron las hermandades procesionistas y la hermandad de romeros del patrón.
“En la noche del viernes hubo muy buen ambiente, pero hoy –por el sábado– es agobiante”. En esa frase, más o menos, coincidían quienes han estado esas dos veladas en el centro urbano durante unas Cruces de Mayo que cada año fija un nuevo récord de participantes y más en el último año, en que se ha multiplicado de forma exponencial la presencia de bares. En el recorrido que llevamos a cabo observamos diversos ambientes. Por un lado está el de ‘importación’, es decir, el de aires rocieros traídos de tierras andaluzas y que tienen más protagonismo hasta la medianoche, pues después las calles parecen una discoteca gigantesca y masificada, en la que hay calles por las que no se puede transitar, como Jara y Honda, por citar unos ejemplos, mientras que otras paralelas despejas sirven de ‘urinarios públicos’, como la colorida valla del Foro Romano en la calle Balcones Azules. Un ejemplo de lo que fue la noche es que un grupo de amigos tuvieron que esperar hora y media para echarse ‘algo a la boca’ y que en muchas barras era imposible atender a tanta gente.
Mandan los bares y esta fiesta ya no es lo que era cuando en 1975 la iniciaron desde la Cofradía Marraja. Por cierto, anoche se veía a los integrantes de esta hermandad disgregados y casi arrinconados, pues no pudieron desplegar las mesas por delante de su sede al estar tomada por la clientela de los locales hosteleros. Ya hay voces que proponen separar en fechas unos y otros, pues no hay que olvidar que las cruces también tienen un carácter religioso.
Entre esa vorágine sí se pudieron admirar las cruces, entre las que había unas más sencillas y otras esplendorosas, sin olvidar alguna que vimos muy tapada claramente colocada para salir del paso. La cruz marraja lucía dos capotes toreros, uno de Manuel Juárez y otro de Antonio Bienvenida. Este último es que va colocado al frente del trono de la Verónica y que lucía en la floreada cruz como otra muestra del 75 aniversario de la única agrupación femenina de la Semana Santa de Cartagena. La cruz de los californios, por su parte, mostrada dos banderillas cruzas en el centro, con un vestuario taurino y una silla de montar en ambos laterales. En lo que respecta a la Cofradía del Resucitado, llamó la atención el ‘Niño Jesús resucitado’. Respecto al brillante adorno floral, mejor que palabras es ver las fotografías de la galería que acompaña a este artículo.En la plaza San Francisco sigue la hermandad de romeros de San Ginés de la Jara, que luce una siempre distinta y original cruz, como lo es la del Grupo Folklórico de La Palma, que anoche regresó a la Cuesta de la Baronesa. Eso sí, durante tres horas, de las 21 horas hasta la medianoche. Nada de barra ni jolgorio, sólo buen ambiente y la oportunidad de lucir y explicar a los visitantes los detalles de su puesta en escena. Este año la cruz ha sido de caracoles, con hijonos en sus puntas y todo en un marco formado por bojas y el mejor ajuar (cobertones, telas, mantones. etc.) que esos días se sacaban en cada casa.
En la cruz de San Ginés se vieron bastantes bailes de sevillanas mientras que en la de La Palma el folclore tradicional se lucía (aderezado de degustaciones de vino viejo y flores). La noche también dio cobijo en diversos puntos a grupo de música en directo. El sonido ha sido otro ‘caballo de batalla’. Los hosteleros quieren ‘barra libre’ y los vecinos quieren descansar en sus domicilios. El Ayuntamiento decidió una solución ‘salomónica’, fijando el ‘apagón sonoro’ a la una y media de la madrugada. Su papel, como es obvio, es tratar de que se conjuguen los intereses de todos, lo que no es fácil, por lo que toda decisión que adopte tendrá sus detractores.
Las cruces de mayo están atrayendo a muchos y alejando a bastantes, pero la cifra va a más cada año para alegría económica de los hosteleros. Ha sido el ‘fiestón’ del casco urbano y aquellos que opten por ambientes festivos pero menos agobiantes, el próximo fin de semana se celebrarán las cruces de mayo en varios pueblos de nuestro municipio. Merece la pena conocerlos y aprovechar para saborear la buena gastronomía autóctona de forma menos incómoda.
La tradición muestra a la cruz de mayo acompañada por un pero (manzana) con una tijera clavada. Está dirigida a aquellos que, tras elogiar el montaje, dicen: “… pero…”. Es decir, le sacan ‘un pero’ (algo negativo). Por eso, con las tijeras se ‘corta’ a quien ponga un pero a la cruz. Dicho todo esto, las Cruces de Mayo de Cartagena se han convertido en una fiesta de gran popularidad, pero…