Temen que trasladar el campamento sea un golpe letal para Carthagineses y Romanos

Cartagena de Hoy ha llevado a cabo un sondeo entre cien festeros, de los que el 86% es reacio a alejar la gran aldea del centro de la ciudad, tanto porque consideran que tendrá un impacto social negativo como por el gasto que supone el traslado para cada grupo. Un 12% no cree que afecte o indica que desde hace años se sabe que el actual emplazamiento no sería definitivo, mientras que un 2% expresa que les da igual lo que se decida.



Este año 2020, el número XXXI de las Fiestas de Carthagineses y Romanos, el campamento seguirá en su actual emplazamiento, junto al estadio Cartagonova. Sin embargo, la amenaza está ahí, en un horizonte no lejano, pues, posiblemente, para el siguiente ejercicio ese asunto ya sea una realidad. ¿Para bien o para mal?, he ahí la cuestión.

El periódico de Cartagena y su gente ha querido conocer la opinión de los festeros que no ocupan cargos directivos, pero jalonando las preguntas en diferentes meses del año que ha concluido, siendo un centenar los carthagineses y romanos a quienes hemos pedido su parecer.

OPOSICIÓN
Son bastantes los que piensan que trasladar el campamento a Mandarache será muy perjudicial, "pues se aleja mucho del centro de la ciudad y hay tramos en el que el trayecto de los desfiles será muy frío". Incluso hay quien comenta que ubicarlo en esa zona le es más cómodo por su lugar habitual de residencia, "pero reconozco que no beneficiará a las fiestas". Varios recuerdan que el éxito de Carthagineses y Romanos es que brotó del pueblo y desde dentro de la ciudad, "con lo que todo lo que sea alejarlo no es bueno". Hay siete festeros que van a más y tienen la sensación de que si esto ocurre "comenzará a agonizar la fiesta".

Hay quien matiza que el problema "es la feria, pues el campamento está en suelo municipal. Habría que estudiar una solución. Yo no sé ahora cuál sería, pero creo que se puede encontrar y evitar un traslado que no nos gusta a la mayoría"

Otros comentarios son:
- "Esta amenaza es mayor que la que tuvimos con el problema del relevo generacional, que al final se ha solventado"
- "Habrá mucha distancia entre los actos oficiales y el campamento. Eso no es bueno y ni poniendo autobuses se paliaría ese daño a las fiestas"
- "Muchos festeros ya tenemos una edad como para estar de mudanzas"

Otro problema es el económico. "Cuando cambiamos el campamento del Pryca al Cartagonova hubo gastos importantes, como la cimentación de nuestros campamentos. ¿Asumiría el Ayuntamiento ese desembolso, que podría ser de unos diez mil euros por grupo, cuando también tendría que acometer infraestructuras generales del campamento?", se preguntaba un carthaginés.

En este apartado de los que se oponen al traslado cabría recordar que en las fiestas del Annus XXX, el acto oficial de la sesión del Senado lanzó su total oposición: "Quieren desalojarnos y levantar ahí viviendas con el plan Rambla. ¿Qué sentido tiene construir en terreno inundable y que suponga mandarnos a Mandarache o a los terrenos radioactivos de El Hondón? Quieren quitarnos de en medio para no molestar a los nuevos vecinos”, expresaron ante los numerosos asistentes, recibiendo muchos aplausos. Abogaron por hacer como pasó con el televisivo 'barco de Chanquete' con el 'No nos moveran'.

FAVORABLES
Hay dos festeros que nos han indicado que les da igual dónde esté el campamento, "porque la fiesta la lleva cada uno dentro". Otros tres sí asumen el traslado ("pues cuando vinimos al actual campamento ya sabíamos que no era un enclave definitivo") y otros tres lo asumen "porque es la única opción para mantener juntos la feria y el campamento". Dos comentan que en la zona de Mandarache "se facilitarán los aparcamientos para los coches y no habrá problemas con la música" y tres apuntan que el cambio "puede ser bueno si se produce como el inicio de una renovada e ilusionante etapa". Un romano, por su parte, expresa que no será "un drama si el Ayuntamiento se involucra plenamente con las infraestructuras de agua, luz y otras actuaciones".

CONCLUSIÓN
El sentir mayoritario es que el futuro de las fiestas peligrará si hay cambio en este aspecto, pero la sensación es que los festeros hablan de este tema pero un poco a la expectativa, pues muchos todavía no creen que de verdad al final tendrán que trasladarse. Lo que no hemos escuchado es a alguien que proponga una solución feliz para todas las partes, es decir, que aúne urbanización, feria y campamento. El 'caballo de batalla' está servido.