Entre jabegotes

El Portús acogió un numeroso público durante la representación de la cala y recogida en el arte de la pesca tradicional en el litoral levantino, que ha sido el epicentro de la décimas jornadas marineras ‘Portusium Jábega’.


Si se llega con el tiempo justo, aparcar cerca de la playa es imposible. Hay que dejar el coche pasado el cruce con el desvío hacia el camping y echar a andar. Es la prueba de de la expectación que cada año levanta más la contemplación por parte de muchas personas de la ejecución del arte tradicional de la pesca en un escenario natural. El ambiente es muy bueno y la organización ha cuidado que todos los asistentes sepan lo que está sucediendo con una explicación constante que se escucha por una buena megafonía. No es cuestión sólo de ver, sino también de aprender.



La jábega es el nombre que identifica a este modelo de pesca así como a la embarcación utilizada para faenar. La otra parte del título de las jornadas marineras es ‘Portusium’, nombre en latín que significa ‘rambla o desaguadero’, que recuerda que El Portús se levantó sobre la desembocadura de una rambla.



Una vez puntos en situación, comienza la representación sobre la arena con los últimos rayos del sol del día y con la presencia de varias decenas de personas ataviadas con vestuarios de los primeros años del siglo XX. Lo primero es cantar la Salve Marinera, como se hacía mientras se preparaban los jabegotes para la faena. Después, el sonido de una caracola y… ¡acción!

Dos filas de personas se sitúan en la playa con unos cincuenta metros de distancia. Cada grupo, sujetándose con el estrobo al la cuerda, va sacando del agua una de las puntas de la gran red que se colocó en el mar. Mientras suenan habaneras en la megafonía y la noche va abriéndose paso, los dos grupos van al encuentro para ir reduciendo el espacio de la red, quedando al final un ‘copo’ de peces cerca de la orilla, sobre el que actúan los abatidos a golpes para evitar fugas, siendo después arrastrado el resultado final a la arena. Este año la pesca ha sido la más baja de los últimos años, pero es igual, pues siempre todos los peces capturados son devueltos a la mar. Dos borricos, de nombres Lucero y Rufina, representan después la recogida de los productos con destino a la subasta.

El ambiente es realmente muy agradable, al igual que la representación, sólo enturbiada algo por la masiva aparición sobre la arena de niños vestidos de calle en el tramo final, dificultando la visión de los espectadores. La música y la lectura de un trovo potencian la visión, al igual que la canción final de ‘Mediterráneo’ de Serrat. Además, mientras todo se llevaba a cabo, entre los asistentes se ofrecía en cántara ‘la maricona’, una refrescante bebida típica de la que no se debe abusar.

Esta pesca tradicional lucha por no caer en el baúl de los olvidos y sus grupos de paladines son firmes en este aspecto, buscando también la vinculación con otros grupos españoles con las mismas inquietudes. Este año han estado sobre la arena de El Portús representantes del ayuntamiento y de la cofradía de Colín (Cádiz), con los que hubo cruce de obsequios por parte de las autoridades locales. Indicar también que representantes de varios partidos políticos (vestidos de blanco, como es preceptivo), estuvieron ayer en El Portús, entre los que Juan Pedro Torralba sigue siendo jabegote activo.

Esta ha sido la décima edición de ‘Portusium Jábega’, que han durado cuatro jornadas este año y que culmina esta tarde-noche con un concurso de disfraces infantiles y juegos populares (20 horas), concierto de ‘Route 33’ (22.00 horas) y reparto de chocolate con bollos entre los asistentes (23.00 horas).