El reencuentro con la Patrona trae una larga cola de cariño

Cientos de cartageneros están acudiendo a visitar a la Virgen de la Caridad, lo que no podían hacer desde 2019, cumpliendo con las normas sanitarias. Algunos, como se observa en la imagen, no ha dejado pasar la oportunidad de lucir los típicos trajes cartageneros.
  • «Es María de la Caridad la que nos ha enseñado a mirar al cielo y a los hermanos necesitados», ha indicado el obispo en la misa solemne


Cartagena hoy presentaba el habitual aspecto de un domingo, pero junto a la Real Basílica Menor de la Caridad el panorama era otro al mostrar nuevamente la gran devoción por la Virgen de la Caridad, esta vez en el primer Viernes de Dolores de pandemia que dos años después admite visitas de los ciudadanos a su patrona para felicitarla en su gran día, pues cabe recordar que el pasado año pilló el confinamiento.


Para aquellos que no acudan a la Real Basílica Menor desde 2019 habrán observado a una ‘virgencica rejuvenecida’, pues fue el pasado mes de junio fue cuando regresó del centro de restauración de Murcia.



El coronavirus sigue por aquí y no es día para que las asociaciones recorran con los trajes típicos la ciudad hasta llegar ante la Patrona, a la que suelen colmar de cariño, flores y bailes.  No, este año, tampoco, pero al menos se puede visitar y así lo han hecho miles de personas, entre las que no han faltado las que han llevado flores y las que han lucido el típico vestuario cartagenero, como Laura, Basilio y Esperanza, portando esta última el vestido tradicional cartagenero que lucía su recordada madre.

La seguridad sanitaria se ha cuidado. En el exterior, al registrarse las colas, agentes de Policía Local y de Policía Nacional han acudido a organizar los accesos junto al personal del Real y Santo Hospital de la Caridad. Al acceder al interior se avanza por el pasillo central hasta llegar a la imagen, que se encuentra en una capilla lateral, con un espacio adaptado para colgar ramos de flores. La salida del templo es por la parte de atrás.



Las visitas se pueden efectuar entre misas, cuyas horas están fijadas en las 9, 10, 11, 13, 17.30 y 19 horas, aunque la inclusión a última hora de otra a las 7.30 horas ha ocasionado que la basílica se abriera esta mañana a las siete.



La eucaristía de las once horas ha sido la misa solemne con aforo reducido. Nuestro diario ha llegado a los escasos minutos de iniciarse y no se le ha permitido el acceso por parte de los encargados de la seguridad, siguiendo las órdenes recibidas. La misa ha sido oficiada por el obispo, monseñor Lorca Planes, acompañado por el obispo auxiliar de la Diócesis de Cartagena y del arzobispo emérito de Burgos, junto a una decena de sacerdotes.

Un año más, el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, ha acompañado a los cartageneros en la fiesta de su patrona, la Virgen de la Caridad. Como cada Viernes de Dolores, el obispo ha presidio la Misa en la basílica de la Caridad de Cartagena y ha animado a los fieles a tomar como ejemplo a la Madre de Dios: «Cartagena vive con la luz de nuestra Madre y la imita en la obediencia a Dios, en la serenidad de su alma; es María de la Caridad la que nos ha enseñado a mirar al cielo y a los hermanos necesitados».
 
«Venimos a este lugar de descanso, a la casa de nuestra Madre de la Caridad, porque su mirada es un descanso para el alma», así manifestaba Mons. Lorca Planes que la mirada de María interpela al creyente porque «está llena de compasión», «es un regalo» y «compromete», porque invita a los cristianos a mirar a los más desamparados. El obispo ha invitado también a los presentes en la celebración a mirar la imagen de la patrona de Cartagena para llegar a Cristo: «Ahora ella es la lámpara encendida que nos indica que aquí está Jesús, es una lámpara que ilumina nuestra esperanza».