El ‘fusil procesionista’ cumple 120 años

Los granaderos californios fueron los primeros en llevar fusiles en la procesión. Lo hicieron en 1898 y hasta entonces salían únicamente con sables. Esta nueva aportación con base a la historia de la Semana Santa de Cartagena ha sido protagonizada por Alfonso Pagán Pérez, comisario general archivero de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, tras un estudio llevado con asesoramiento de un experto en armamento, como es Miguel Pouget Bastida, y que ha sido publicado en el número 28 de la revista ‘El Flagelo’ de la agrupación del Cristo de la Flagelación.


Grabado elaborado por Barado en 1873, donde se observa a los granaderos marrajos tra sla Guardia Civil en la procesión del Entierro


Los primeros fusiles los estrenaron los granaderos californios en el breve periodo de mandato del hermano mayor californio Leopoldo Cándido Alexandre (1896-1898). El único dato que se conoce es una cita en la prensa donde se podía leer: “Los granaderos iban armados con Remigton en vez del sable que antes llevaban”(1898). Ésto nos plantea unas inmediatas preguntas: ¿Cómo estaban compuestos los tercios de granaderos?, ¿cómo que los granaderos no llevaban fusiles? y ¿entonces, qué llevaban en las manos?

Los granaderos de ambas cofradías, con anterioridad a esta fecha de 1898, llevaban un sable en la mano y por consiguiente no existía el tercio de fusileros. Todas las fuentes conservadas, en el siglo XVIII Vargas Ponce, diferencian tres tipos de granaderos: los de la hermandad, los espadas en mano o volantes, con sombrero de tres picos y con sable en la mano, y otros granaderos con diferente uniforme a los anteriores que llevaban alabardas. Las alabardas como armamento no se conservaban en la década de los años sesenta del siglo XIX.

En el siglo XIX se prestaban los trajes indistintamente de una cofradía a otra dependiendo de las dificultades económicas de unos u otros, dándose la circunstancia de que los californios llevaron en Miércoles Santo el traje de los granaderos marrajos y al contrario. Antes de la Guerra Cantonal, en 1872, continuaban llevando sables en mano, tal y como se puede observar en el grabado que realizó Barado para un artículo sobre las procesiones de Cartagena que realizó Bartolomé Comellas. Dice textualmente que los granaderos marrajos llevaban ‘sable desnudo’ como armamento.

A partir de 1882, en ambos tercios de granaderos, la escuadra pasó a ser vestida por jóvenes “de las mejores familias” pertenecientes a las cofradías mientras que el tercio de los “espada en mano” continuó siendo vestidos por soldados profesionales pertenecientes al Tercer Regimiento de Infantería de Marina con base en la ciudad. En años sucesivos se reformará la gorra “colocándole en el lado izquierdo un escobillón encarnado, un cordoncito de gala del mismo color, y por la parte baja de este, una placa de latón con los atributos de la Cofradía” con el fin de distinguir los que eran de la cofradía (escuadra) de los soldados (tercio). Esto se ha mantenido en los californios hasta bien entrado el siglo XX.

La aportación más importante del estudio sería que hasta el día de hoy se pensaba que el estreno que se realizó en 1898 de los fusiles por parte de los granaderos californios era tal y como citan las fuentes ‘Los remington’, ya que por Real Orden estaban siendo sustituidos por otros más modernos de repetición ‘Mauser’. Gracias al asesoramiento de Miguel Ángel Pouget Bastida al analizar una fotografía tomada en 1902 y aparecida en prensa, se ha podido demostrar que en realidad el modelo que estrenaron fue un “arma napoleónica de recomposición obsoleta”. Un arma que se remontaría a principios del siglo XIX y que bien pudo ser utilizada durante la Guerra de Independencia con lo que parece más plausible que fueran esas las armas que estrenaron los granaderos californios en 1898, un material obsoleto y en franco desuso por parte del ejército español y no los más recientes fusiles Remington que se siguieron utilizando en el ejercito.

Y donde se encuentra la raíz de la confusión. Miguel Pouget me lo aclaró inmediatamente. Durante muchos años se ha dicho que, popularmente, “a todos los fusiles que no eran de repetición, se les llamaba Remington”, lo que daría explicación al más que posible “error” que cometió el periodista al equiparar uno y otro armamento.

Y por último, resaltar que fue la Cofradía California la pionera en la inclusión de los fusiles en el tercio de granaderos hace 120 años, hecho que sin duda cambió la fisonomía y la concepción del desfile de los granaderos en la Semana Santa de Cartagena en estos años finales del siglo XIX, algo que hoy en día nos resulta tan inseparable y familiar como las marchas que les acompañan.