Honores a la Virgen de la Caridad de Alumbres con epílogo de ‘música y a la calle’

La imagen, que no ha podido salir en procesión como es tradicional cada Viernes de Dolores, tuvo su gran día con el pregón ofrecido por Francisco Pagán, hermano mayor marrajo, y la eucaristía que presidió, culminando con los sonidos de la Unión Musical Cartagonova, que, para evitar problemas de aglomeraciones, cambio de escenario y actuó en el exterior de la iglesia. GALERÍA DE FOTOS (pinchar aquí)



El coronavirus ha dejado por segundo año consecutivo a la Virgen de la Caridad sin salir al encuentro con sus vecinos en el Viernes de Dolores, pero esta vez no fue como en 2020, pues sí ha percibido el cálido cariño de sus devotos con una intensa jornada con epicentro en la iglesia de San Roque, su casa.

Francisco Pagán Martín-Portugués, hermano mayor de la Cofradía de Jesús Nazareno y ‘alumbreño consorte’, abrió la jornada ofreciendo el pregón que se quedó pendiente del pasado año, para después comenzar una eucaristía oficiada por el párroco, Andrés García, acompañado por Fernando Gutiérrez Reche, capellán marrajo. La misa fue enriquecida por las voces y música de la ronda de personas mayores de Alumbres, en la que Loli Camacho Rivera fue la encargada de ofrecerle, cantada, una plegaria a la Virgen. El epílogo lo puso el canto de la Salve Cartagenera.



Entre los asistentes se encontraban la hemana mayor de la Cofradía de la Virgen de la Caridad de Alumbres, Juana Sánchez, y la secretría, Josefa Soriano, además del presidente de la asociación de vecinos, Juan Zapata, entre otros represenantes locales. También asistieron la concejala Irene Ruiz, nativa de Alumbres; Esther Alfonso Martínez, jefa de comunicación de Repsol en Cartagena; y Yolanda Muñoz, presidenta de la Autoridad Portuaria. El pregón y la misa fueron ofrecidos en directo por el canal Cartagena Cofrade a través de Youtube.



Después cogió el testigo la Unión Musical Cartagonova, bajo la dirección de Jaime Belda. Al comprobar que la presencia de la banda suponía riesgo sanitario por exceso de gente dentro de la iglesia, se optó por actuar a noche abierta en el exterior. La actuación, debido a la hora (no había que poner en peligro el ‘toque de queda’), fue más breve de lo que estaba programada, pero puso la guinda al día que bien merecía la Virgen de la Caridad alumbreña.